Una promotora anuncia el arranque de las obras del Palacete Ponce, la Casa de los Jarrones y el edificio de ‘La Bola de Oro’
Sin ayudas públicas, aunque con la supervisión y control de las autoridades encargadas del patrimonio, en apenas unas semanas comenzará la rehabilitación de tres edificios históricos en el corazón de la ciudad. El objetivo es levantarlos de nueva planta, conservando sus históricas fachadas, que entonces abrazarán modernas viviendas en estos edificios señoriales.
El primero de ellos es el denominado Palacete Ponce, a la entrada del paseo del Malecón y que fue demolido por completo hace casi una década, no sin una gran polémica por parte de los grupos políticos en la oposición y de instituciones defensoras del patrimonio. Desde entonces, es un solar. A este inmueble le seguirán la Casa de los Jarrones, ubicada junto al Almudí, y el edificio de ‘La Bola de Oro’, en la cercana calle Arco de Verónicas.
Las actuaciones
- Palacete Ponce
- Se trata de la antigua mansión erigida junto al cauce del segura por Manuel Ponce en 1925, donde instaló una fábrica de hilatura de pescar. El Ayuntamiento de Murcia, cuando se solicitó la demolición, obligó a los propietarios a reconstruir totalmente la fachada. Su derribo provocó numerosas protestas entre los grupos de la oposición municipal y otras instituciones como Huermur.
- Casa de los Jarrones
- Así llamada por la decoración que luce en uno de sus pisos, es un edificio de estilo ecléctico ubicado, pared con pared, junto al histórico Palacio del Almudí.
- Edificio ‘La Bola de Oro’
- Ubicado en la calle Arco de Verónicas, recibe el nombre por el comercio que hubo en sus bajos y que fue fundado por la familia Tébar.
El grupo empresarial Victorio Sánchez, especializado en la recuperación de edificios antiguos del centro, ha dado luz verde a estos proyectos. Alguno de ellos, incluso, ya está tan avanzado que apenas resta que comiencen las obras. Eso sucederá en apenas un mes con el Palacete Ponce, en cuya reconstrucción obliga la ley a reproducir íntegras las fachadas.
Los elementos de las fachadas son retirados, numerados y conservados para recolocarlos más tarde
Durante el proceso de demolición se conservaron gran parte de los elementos que ahora retornarán al lugar que ocupaban, entre ellos medallones, mármoles y parte de la rejería. Para ello, se numeraron antes de su desmontaje y se han conservado en una nave industrial, donde también se efectuó su catalogación y los informes que determinaron el estado de cada una de las piezas.
Los proyectos permiten salvar de la picota los escasos inmuebles que no han sido ya demolidos
Una empresa valenciana
Respecto a la decoración del inmueble que se perdió con el paso de los años, una empresa de Beniparrell (Valencia) casi ha concluido gran parte de aquellos elementos que se habían desprendido del edificio. Han sido realizados con las mismas técnicas y materiales que se utilizaron hace casi un siglo. De igual forma, las galerías de ambas fachadas están siendo talladas con los mismos procedimientos artesanales en una ebanistería murciana.
El proyecto de Victorio Sánchez, que ha sido firmado por el arquitecto italiano Ruggero Coppola, resulta tan minucioso que incluso se ha determinado el color original que tenía el edificio cuando fue inaugurado en el año 1925.
La idea es devolverle el esplendor que tuvo el inmueble, donde se pondrán a la venta pisos y áticos de lujo, todos ellos con terrazas de diversas dimensiones, lo que facilitará a los nuevos propietarios disfrutar de unas vistas privilegiadas sobre el Malecón, el cauce del Segura junto al Puente Viejo y, al fondo, la torre de la Catedral.
Este edificio, mejor definido como mansión que como palacete, fue erigido por Pascual Ponce, quien mantuvo en sus bajos una fábrica de hilatura de pescar que usaba como materia prima la hijuela de los gusanos de seda.
Y una cuarta iniciativa
El segundo de los inmuebles se encuentra junto al anterior, al lado del Palacio del Almudí. Es la llamada Casa de los Jarrones, un bloque de pisos abandonado desde hace décadas y que también albergará pisos de lujo en pleno corazón de la urbe. Por último, el edificio de ‘La Bola de Oro’, donde aún se encuentra cerrada en sus bajos la histórica tienda textil, es otra de las apuestas del Grupo Victorio Sánchez. A estos proyectos se sumará un cuarto: un edificio ubicado en la calle Jiménez Baeza, cuya fachada también será respetada a pesar de que no está protegida. La Plataforma por la Defensa del Patrimonio Cultural de Murcia planteó en su día la protección del antiguo inmueble como parte de una propuesta de ampliación del Plan Especial del Centro Histórico Artístico de Murcia (Pecham), pero su iniciativa no fue atendida por el Ayuntamiento de Murcia.
En mayo de 2017, como recuerdan desde la Plataforma, se aprobó por unanimidad su propuesta de crear un Consejo Sectorial de Patrimonio, que aún sigue a la espera de su constitución. «El hecho de que la mayor parte del centro histórico de Murcia fuera destruido durante las décadas de los 60 y 70 del siglo XX, ante unos planeamientos urbanos muy poco respetuosos con el patrimonio, implica para la Plataforma que las autoridades deberían procurar la conservación de lo poco que consiguió salvarse, sobre todo aquellas viviendas tradicionales que son las que logran generar una sensación de conjunto hoy casi inexistente», advierten desde la Plataforma.
Mientras se discuten estos extremos, los nuevos proyectos evidencian que, aunque sea solo en parte y como destacan desde la promotora, los efectos de la crisis sufrida en el sector se han mitigado un tanto. Eso sí, los precios no han crecido todavía tanto como el interés de algunos murcianos por residir en alguno de aquellos edificios que adornaron el casco antiguo.
«Hay compradores que buscan este tipo de viviendas en el centro»
No es la primera vez que esta empresa murciana acomete con éxito la rehabilitación de un edificio histórico en la ciudad. Entre otros, ya actuaron en la Casa Barba Celdrán, ubicada en la plaza del Romea, y en otra levantada en 1920 en la calle Riquelme. La forma de trabajar, como destacan fuentes de la empresa, resultará idéntica en los nuevos proyectos por abordar, «ya que existe un mercado de compradores que buscan este tipo de viviendas, donde se conjuga la historia que atesoran sus muros con los últimos adelantos en construcción». La firma lleva desde el año 2003 especializada en este sector y, hasta la fecha, cada una de las promociones se ha vendido íntegra. Otro de los proyectos que manejan estos días es el edificio en la calle Jiménez Baeza que, pese a que no estaba protegido, también disfrutará de la estética que lució durante el pasado siglo.